Todo el tiempo, tanto adultos como niños, nos enfrentamos a situaciones que producen en nosotros una serie de emociones como alegría, tristeza, rabia o miedo. Situaciones a las que, según nuestras habilidades y experiencias, reaccionamos de distintas maneras.
Cuando un niño responde a una situación por medio del llanto, o cuando agrede o grita, debemos recordar que siempre existe una causa detonante. Es nuestra responsabilidad identificarla y enseñarle una habilidad para reaccionar de otra forma y enfrentar la situación con mayor tranquilidad.
¿Cómo puedes ayudar?
- Conoce muy bien al niño o la niña, obsérvalo, identifica cuál es la función de sus conductas y cuando aparecen.
- Ponte a su nivel, espera a que se calme, demuéstrale que estás ahí para él o ella.
- Mantén la calma, sé paciente.
- Estima sus emociones, sentirse triste, con rabia o con miedo es normal y necesario.
- Enséñale otras alternativas para manifestar si tiene cansancio, dolor, o descontento.
- Trata de prevenir estas situaciones, por ejemplo, por medio de anticipación, rutinas, pausas cortas o dividir tareas en pasos más pequeños.
Recuerda, tu hijo no te está haciendo pasar un mal momento, él o ella está pasando un mal momento y necesita de tu ayuda. Quédate a su lado.